miércoles, 31 de julio de 2013

Desencuentro





Inocente sacrilegio
y el dolor atrapa la cordura.

Estiletes desgarran
y el corazón proclama su lamento.

Lava ardiente arrojarían nuestras fauces,
si el respeto no fuera
la más sagrada de las normas.

Ríos confluyen en la llanura de tu boca,
déjame apaciguarte,
quiero secar la corriente que te ahoga.

Clavas en mi tu mirada
y el amor lo llena todo.
Cómo no caer en el torbellino de tus ojos.

¡Lamento el malentendido,
no volverá a ocurrir, te lo prometo!

Que más da quien pronuncie las palabras.

Son el final del torpe desencuentro.


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