domingo, 4 de agosto de 2013

Descalza










Danzas músicas ajenas en países extraños,
rodeado de gente solícita
que hace de tu vida una fiesta.

Quisiera ser el azafate
donde te sirven tan delicadas viandas.
La fuente que ha de saciar tu perenne sed de vida.

En mi delirio, levanto castillos dorados
en los que acomodar tus sueños,
germen de futuro en mi pecho austero.

Libo las gotas de tu sabiduría
y espero, como espera la tarde 
la revolución de estrellas de la noche.

Riman en mi corazón la certidumbre
con el desconsuelo, y espero, como espera el crepúsculo
el estruendo de las aves al saludar el día.

Vivo en ti como vives en mi,
descalza, atravesando parajes infinitos
que la imaginación nos reserva.





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