miércoles, 4 de septiembre de 2013

Roca blanca.






Roca blanca
por el cantero arrancada,
el cincel te martiriza
mientras trasmutas tu alma.

Tornarte hermosa te hiere,
la evolución te desgaja,
el deseo de tu hado
requiere cambiar tu faz.

Te conviertes en belleza,
suave piel de doncella,
brillante luna en noche cerrada,
la fuerza que imprime un beso.

Columna en el santuario,
entre presentes y alhajas
acoges al peregrino, rezas con él...
De tu pasado no queda nada.




 Fotografía de J. M. Sanchis

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